Llevábamos un tiempo con la idea en la cabeza de montar un negocio, enfocado en ofrecer productos diferentes y de calidad, elaborados artesanalmente con ingredientes de primera.
La idea inicial fue la de montar nuestro negocio en un local acogedor dónde los clientes pudieran sentirse como en casa al mismo tiempo que disfrutaban de nuestros productos. Solicitamos varios presupuestos para la reforma de un local y todos oscilaban entre los 30.000 – 40.000 €, sólo de obra, luego súmale maquinaria, súmale mobiliario… ¡Se pasaba bastante de nuestro presupuesto! Sabemos que los bancos ahora no están como para dar préstamos a cualquiera, y si no tienes quién te avale… menos aún. Así que estuvimos un tiempo desanimados al ver que no íbamos a montar lo que queríamos.
De repente una idea loca nos vino, y si… ¿y si lo montamos en una caravana? (Cuando lo pensamos el tema de los food trucks en España no estaba en auge como ahora, no había casi nada de información). La idea mola, te puedes mover, trabajas, conoces sitios nuevos, tienes un trato directo con los clientes… Peeeero… había muchos peros… ¿Cómo va el tema de la luz y agua en una caravana? Era algo totalmente desconocido por nosotros. Además no puedes ponerte a vender en cualquier sitio, no es como en otros países donde el street food está desde hace muchos años y tienen lugares habilitados para la venta ambulante.
Tendríamos que movernos solamente por eventos privados, ferias y demás. ¿Y podremos vivir sólo con los eventos privados? Es que también queremos tener un sitio fijo, donde poder tener clientes habituales. Toca hablar con los ayuntamientos. La mayoría antes de que termines la pregunta ya empiezan mirándote de forma extraña y con el “No” preparado como respuesta fácil, pero luego ves churrerías por todos lados… Otros permiten que te pongas en algún sitio como si fueras un chiringuito, pensamos en empezar por ahí.
Entonces toca hablar con Sanidad, y, otra vez nos toca rompernos la cabeza porque los productos que queríamos hacer desde un principio no se pueden hacer en una caravana, como las cremas, las buenísimas cremas para tartas y cupcakes ¡no podemos hacerlas! Otro chasco más… tocó cambiar la carta de productos iniciales para adaptarnos a la normativa y hacer dulces que no requieran frío y sin crema hecha por nosotros. Nuestro próximo objetivo será disponer de un obrador para poder ampliar nuestra carta.
Una vez que ya tenemos claro lo que vamos a montar, toca buscar caravana. La mayoría de las empresas con las que contactamos por internet nos decepcionaron, tardaban en contestar, no nos decían exactamente lo que habíamos preguntado, hasta a algunas les dijimos, venga, búscame una caravana… aún hoy día estamos esperando que algunas nos respondan. En general, dar con empresas profesionales que sean capaces de dar un buen servicio no es tarea fácil. Aunque tenemos que decir, que algunas nos han sorprendido para bien, porque si ya estás en el mundillo del empresario te vas acostumbrando a empresas que no dan buen servicio y cuando una lo hace bien, te sorprendes.
Viendo alguna caravana nosotros mismos, nos dimos cuenta que no nos valía cualquiera y que había que tener mucho cuidado, primero porque no todas tienen papeles y segundo porque uno de nosotros es muy alto y trabajar en un sitio donde no puedes estar de pie completamente… como que no. Decidimos entonces que no íbamos a reformar una caravana, sino que nos fabricaríamos un remolque a medida, que además como no hay que hacer tanto papeleo porque una caravana de vivienda no puede usarse para la venta, pensábamos que sería mucho más rápido tenerlo. Entonces buscamos empresas que fabricaran remolques para venta ambulante, y dimos con una que además nos recomendaron, que no nos decían que no a nada… todo se podía hacer según ellos. Nuestra idea en ese momento no era la de fabricar una caravana como tal porque pensábamos, sin que nadie nos dijera otra cosa, que no se podía hacer o que saldría carísima, y pedimos presupuesto de un remolque con unas ventanas de madera estilo parisino que es otro estilo que también nos gustaba. Y una vez más se nos iba de presupuesto.
Hablando con el hombre que fabrica los remolques, nos ofreció cambiar el tipo de pared por otro mas barato, y ¡era la misma que las que tienen las caravanas! Y fue cuando le pedimos presupuesto de una caravana fabricada con las esquinas superiores redondeadas, ventanas de caravana y un poco mas pequeño que el remolque que le habíamos pedido al principio. ¡Era más barata la idea que más nos gustaba sin saberlo! Así que nos decidimos por fabricar una caravana a medida. Aún nos la están fabricando pero queda muy poquito, y aunque esté tardando más de lo esperado (ya que al ser algo nuevo han tenido que calentarse un poco la cabeza y algunas piezas están tardando en llegar), estamos muy contentos con el resultado que estamos viendo.
En conclusión, ¿qué hay que hacer para conseguir tus sueños y objetivos? Es muy simple, hay que ser perseverante. Si hay que cambiar la idea, se cambia, siempre que uno consiga lo que quiera aunque sea de otra forma. Por muchas pegas que te encuentres, hay que resolverlas y seguir adelante. Estos últimos meses han sido de mucho esfuerzo, trabajo, dedicación y el haber superado tantas dificultades nos hace sentir muy orgullosos y con unas ganas enormes de empezar a ofrecer un pedacito de felicidad a cada uno de nuestros clientes.
Finalmente decir que, aunque hayamos cambiado tantas veces nuestras ideas, ahora mismo si nos dijeran que tenemos todo el dinero para hacer cualquiera de ellas, nos quedamos con nuestra caravana. Nos emociona mucho más ahora que la idea de tener un local fijo. Queremos movernos por toda España primero y después, ¿quién sabe a donde nos llevara?